En febrero, cuando florecen los almendros, Mallorca adquiere una espectacular belleza. Es entonces cuando nos lanzamos a pasear por el campo para admirarlos, hacemos fotografías, las publicamos, las compartimos.......Los turistas se acercan a la isla, la recorren en bicicleta, mezclando el deporte con la visión de una Mallorca blanca.
Es uno de esos pequeños placeres de la vida con los que nos agasaja la isla.